Les cuento que jamás he tenido paciencia para peinarme, recuerdo que cuando era niña, mis tías y primas que estaban por casarse siempre me elegían de damita para llevar los aros de matrimonio.
Les cuento que jamás he tenido paciencia para peinarme, recuerdo que cuando era niña, mis tías y primas que estaban por casarse siempre me elegían de damita para llevar los aros de matrimonio.