Tips & Recomendaciones

Medidas de seguridad para evitar que tu hijo se pierda

Hace unos meses perdí a mi hija…la perdí por tan solo 2 minutos pero esos minutos fueron increíblemente eternos. La verdad es que cada vez que pensaba en escribir sobre esto sentía un gran vacío en el estómago y me daban ganas de llorar, pero hoy tomé valor y decidí hacerlo no solo para compartir mi historia con otras mamás a quienes estoy segura les ha ocurrido sino también para conversar sobre las posibles medidas de seguridad que podemos tomar para proteger a nuestros peques, y sentirnos un poco más seguras cuando estamos con ellos fuera de casa.

En fin, les cuento cómo Violet se extravió. Un día llegué a casa cansada y estresada del trabajo, quería distraerme un poco y entonces mi esposo me animo a salir a dar una vuelta para “respirar” un poco y quitarme de la mente unos asuntos que tenía pendiente. Así que enrumbamos hacia el centro comercial, compré un café para despabilarme mientras él y Violet corrían emocionados hacia uno de esos centros de entretenimiento que ahora están de moda.

Subimos a mi hija a uno de los juegos mecánicos y ella aplaudía de felicidad. Estuvimos en ese plan por casi media hora hasta que Anuj, mi esposo, tuvo la tentación de jugar en la máquina de peluches (a él le fascinan esas máquinas y es realmente un experto en esa materia). Yo ilusionada le hacía barra para que sacara uno y se lo regalara a mi hija quien lo miraba y señalaba todo. No sé en que micro-segundo volteé a mirar de lado y ella ya no estaba. Mi esposo me preguntó: ¿Donde está Violet? y sin esperar a que responda corrió hacia la puerta del lugar.

Yo, “mamá Angela”, me quedé inmóvil, trataba de gritar el nombre de mi hija pero no me salían las palabras de la boca, mi corazón latía a mil por hora, y mis piernas tomaron al menos 10 segundos en empezar a moverse. Finalmente empecé a gritar su nombre y a preguntar a quienes veía alrededor. Por mi mente pasaron escenarios y situaciones terribles sobretodo porque siempre he pensado que nunca falta un pedófilo en esos centros de entretenimiento. Me consta que esperan a que una se distraiga para robarse o secuestrar a los niños. Al menos así le ocurrió a un familiar mío y así lo demuestran los estudios y estadísticas en los Estados Unidos.

Todo eso continuaba pasando por mi mente hasta que pude divisar los mocasines rojos y las piernas gorditas de mi hija trepándose en una banca cerca del patio de comidas. La cargué e inmediatamente revisé su cuerpecito por completo para asegurarme que no le faltara ni un cabello.

Está de más decirles que ese ha sido definitivamente el momento más traumante de mi vida.

Luego de varios días, mi esposo y yo conversamos sobre lo acontecido e intentamos hacer una lista mental de las medidas que podríamos tomar para mantener segura a nuestra hija, pero la lista es bastante limitada ya que Violet aún no habla.

Una de ellas es ponerle una mochila con arnés (o correa) y “atarla” a uno de nosotros. Pero déjenme decirles que tengo sentimientos encontrados respecto a esta medida ya que siempre he pensado que correa se le pone a las mascotas y entonces el uso de ésta se me hace bastante inhumano. Pero sobretodo porque pienso que al “atarla” de esa manera estoy, de alguna manera,  interrumpiendo su desarrollo de habilidades.

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¿A qué me refiero? Como ustedes saben, los niños aprenden por repetición e imitación, entonces si queremos que nuestros peques aprendan habilidades importantes relacionadas a la toma de decisiones y responsabilidad en cuanto a su seguridad, sujetarlo a una correa o arnés no es la solución, ya que de esta manera le quitamos la oportunidad a nuestros hijos de entender que no deben apartarse de papá o mamá ni mucho menos irse con un desconocido que pueda lastimarles.

Sin embargo, pienso que la seguridad básica de los pequeños es la prioridad y respeto a las mamás que optan por esta medida.

OTRAS MEDIDAS QUE PODEMOS CONSIDERAR

Si sus pequeños no hablan:

– Marcar etiquetas de la ropa, vestirlos de colores llamativos (sobretodo si asisten a algún lugar de esparcimiento), llevar una pulsera o brazalete con el número telefónico, o colocar un kit de identificación en uno de sus zapatos.

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– Existen unos tattoos temporales a prueba de agua que incluso traen un código de barras o código QR que al ser escaneado por un teléfono inteligente nos da los datos del menor que incluye los nombres de los padres, teléfonos de contacto y hasta la relación de alergias, afecciones frecuentes, etc.¿Me pregunto cuando llegará a nuestro país? Por ahora les dejo la versión casera hecha con vendaje líquido (pueden adquirirlo vía Mercado Libre).

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Si sus pequeños hablan:

– Enseñarles pautas básicas como aprender a decir su nombre y apellido completos.

– Explicarles que lo mejor que pueden hacer (cuando se pierdan) es no moverse del sitio donde estuvieron con mamá o papá. Debemos recordarles esto cada vez que salimos de casa porque a veces su memoria es frágil.

– Enseñarles que deben gritar “Mamá” o “Papá” fuertemente para captar la atención de la gente y evitar que una sola persona se los lleve a otro lado.

SI TU NIÑO(A) SE PIERDE

– Trata de mantener la calma y respirar (no soy un buen ejemplo, pero sí lo es mi esposo).

– Grita el nombre de tu niño(a) para alertar al resto y que te ayuden a encontrarlo.

– Exige  a los guardias de seguridad que cierren el establecimiento.

– Identifica las salidas de emergencia y baños (deberías hacer de esto una rutina cada vez que entres a cualquier recinto para poder ubicar y buscar rápidamente si se presentara esta situación).

– Una vez que encuentres a tu pequeño(a) no lo agredas con gritos ni tampoco lo samaquees, recuerda que el o ella está tan asustado como tu. Lo único que puedes hacer en ese momento es abrazarle y dejarle saber lo feliz que estás de haberle encontrado.

– Tómate una copa de vino y perdónate de corazón.

Deseo que nunca tengan que pasar por una situación similar, pero me pareció importante compartir información sobre las medidas de seguridad que existen y la manera en como debemos actuar o reaccionar si se diera el caso. Como dice mi madre: ¡Ojo, pestaña y ceja con los peques – siempre!

Un abrazo 🙂

 

Soy Angela, tengo 33 años, una hija llamada Violet, y un esposo Hindú. Soy periodista de profesión, y después de vivir casi la mitad de mi vida en los Estados Unidos, regresé a Perú donde actualmente soy dueña de una franquicia que enseña Inglés a bebés y niños. “My Life is Violet” es mi rinconcito en la blogosfera donde puedo desahogar algunas penas y miedos típicos de la maternidad, y también contar mis anécdotas y secretos como mami de estreno. ~ Sigue nuestro blog: www.mylifeisviolet.com/

1 Comments

  • Me paso!
    Con mi hijo mayor, también fueron unos minutos pero fueron los mas largos de mi vida.
    Salíamos de la iglesia y yo creía que mi hijo estaba con mi esposo y mi esposo que estaba conmigo.
    Sudé frío, fue el miedo mas grande de mi vida, salí corriendo gritando su nombre y lo encontré con mi mamá.
    La sangre me regreso al cuerpo ya que no sabia que estaba con ella.
    Creo que lo mejor que podemos hacer es no perderles de vista ni un minuto.
    Aunque me parecen buenas las opciones que nos has dado, en esta ciudad tan malvada me aterraría que pase una tragedia como esto.

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